Galicia es una de las regiones más infravaloradas de España, a menudo ignorada en favor de destinos más populares como Andalucía o Cataluña. Sin embargo, esta esquina noroccidental de la península ibérica ofrece algo cada vez más escaso en Europa: pueblos costeros auténticos, playas vírgenes, rutas sagradas y una rica tradición marisquera, todo sin las habituales aglomeraciones. Para los viajeros que buscan autenticidad, Galicia en 2025 ofrece una escapada cultural, paisajística e histórica única.
La costa gallega se extiende a lo largo de más de 1.500 km y alberga algunas de las playas más salvajes y limpias de España. A diferencia de las abarrotadas costas mediterráneas, las playas atlánticas de Galicia son amplias, arenosas y abiertas, a menudo enmarcadas por acantilados y pinares. La Praia das Catedrais, cerca de Ribadeo, es una de las más emblemáticas, con sus enormes arcos rocosos visibles con marea baja. Sin embargo, lugares menos conocidos como la Playa de Carnota o la Playa de Barra siguen siendo auténticos tesoros fuera del radar turístico.
En el verano de 2025, los ayuntamientos continúan aplicando políticas de protección ambiental que preservan la integridad natural de estas playas. Se regulan los accesos durante las horas punta y las iniciativas de ecoturismo están ganando terreno entre los operadores locales. Esto no solo protege el medio ambiente, sino que también mejora la experiencia de quienes buscan tranquilidad y naturaleza.
La accesibilidad a estas playas ha mejorado sin sacrificar su carácter salvaje. El transporte público desde ciudades como A Coruña, Santiago de Compostela y Vigo conecta directamente con muchas zonas remotas. Senderos peatonales y ciclovías ofrecen acceso sostenible para los viajeros interesados en el turismo lento.
La primavera tardía y el otoño temprano son los mejores momentos para visitar la costa gallega. Las temperaturas rondan los 20–25 °C, y aunque el agua del Atlántico es más fresca que la del Mediterráneo, sigue siendo limpia y revitalizante. Las mañanas de días laborables suelen ser las más tranquilas.
Es recomendable consultar las mareas, especialmente si se planea visitar la Praia das Catedrais, donde las formaciones rocosas solo se pueden admirar con marea baja. Sigue siendo obligatorio reservar hora por internet debido a las normativas de conservación. Para una experiencia aún más aislada, la Costa da Morte ofrece playas remotas como Nemiña o Laxe, con muy pocos visitantes.
La mayoría de las playas cuentan con servicios básicos, por lo que es fundamental llevar agua, comida y protección solar. El camping libre está prohibido, pero los alojamientos rurales (casas rurales) permiten disfrutar de noches cómodas con carácter local.
Aunque el Camino de Santiago es la ruta más famosa de Galicia, existen muchos otros caminos de peregrinación menos concurridos pero igual de significativos cultural y espiritualmente. Rutas como el Camino Inglés, el Camino Primitivo o el Camino del Norte atraen a quienes desean evitar las masas y adentrarse en paisajes antiguos.
En 2025, las oficinas de turismo han reforzado la infraestructura de estas rutas alternativas. Se han mejorado las señales, ampliado los albergues y publicado guías digitales para facilitar la planificación. Caminar por estas sendas ofrece un equilibrio entre desafío físico y reflexión mental, una medicina contra el estrés digital contemporáneo.
Cada camino aporta una mirada diferente a la cultura gallega. El Camino Inglés, que parte de Ferrol o A Coruña, recrea el trayecto de peregrinos británicos e irlandeses que llegaban por mar. El Camino Primitivo, considerado el más antiguo, atraviesa la Galicia montañosa, pasando por aldeas de piedra que parecen detenidas en el tiempo.
Hoy en día, muchos peregrinos caminan no solo por fe, sino por motivos personales como la salud, la reflexión o la conexión con la naturaleza. Galicia abraza esta diversidad mediante servicios inclusivos, centros de atención multilingües y apoyo cultural.
El sistema de credencial (pasaporte del peregrino) sigue vigente y permite recoger sellos a lo largo del camino para obtener la Compostela oficial al llegar a Santiago. También existe una versión digital, que complementa el tradicional cuaderno en papel.
La peregrinación se ha expandido al turismo de bienestar. Alojamientos rurales, retiros espirituales y espacios de yoga salpican las rutas. Una nueva generación de albergues ecológicos, muchos dirigidos por mujeres, aporta un aire renovado a esta antigua tradición.
Galicia es reconocida en toda España por la calidad de su marisco: pulpo, percebes, mejillones y merluza destacan entre sus especialidades. En 2025, la clave sigue siendo la pesca artesanal y los mercados locales, alejados de la oferta turística masificada de otras regiones costeras.
Muchos pescadores gallegos trabajan en cooperativas familiares que garantizan prácticas sostenibles. Villas costeras como O Grove, A Guarda y Muros conservan el sabor auténtico de la tradición pesquera. Allí, se puede ver llegar el pescado fresco, comprar directamente en el mercado o degustar platos familiares en tabernas tradicionales.
Los festivales gastronómicos continúan siendo eventos culturales importantes. La Festa do Marisco en O Grove, celebrada cada octubre, es una fiesta auténtica del producto gallego. Aunque recibe visitantes de toda España, ha mantenido su carácter local gracias a la implicación de la comunidad.
Comer como un gallego significa apreciar la sencillez. Navajas a la plancha, mejillones al vapor con limón y pulpo a feira son clásicos que se encuentran en cualquier restaurante costero. La frescura prima sobre la sofisticación.
Los vinos locales, especialmente el Albariño de las Rías Baixas, combinan perfectamente con los productos del mar. Las bodegas familiares ofrecen visitas y catas donde se aprecia la conexión entre tierra, mar y tradición.
Para una experiencia genuina, conviene evitar los núcleos turísticos y elegir tabernas locales. Pedir el ‘menú del día’ y decir unas palabras en gallego es bien recibido. En la mayoría de pueblos costeros se habla algo de inglés, sobre todo en las zonas por donde pasan las rutas del Camino.
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